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Universidad en España: ¿Cómo avanza nuestra transformación digital?

Universidad en España: ¿Cómo avanza nuestra transformación digital?

El pasado lunes, Pilar García y José Antonio Rubio me entrevistaron en su programa de la Cadena Ser. Querían conocer mi opinión sobre cómo avanza la transformación digital en la universidad española. Y lo querían saber en los 10 minutos que duró la entrevista… Algo complicado para una persona como yo, que le gusta enfocar los temas desde distintos ángulos antes de sacar conclusiones.

¿Qué significa la transformación digital para la universidad?

Desde mi punto de vista, existen dos ángulos distintos desde donde analizar cómo la tecnología está impactando al mundo universitario.

Por un lado, desde su oferta docente y de servicios. Evaluando cómo incorpora cada institución las ventajas que la tecnología y la digitalización ofrecen para innovar en los contenidos y en el diseño de impartición de sus programas.

Por otro lado, desde su funcionamiento interno. Conociendo si los equipos directivos de nuestras universidades están apostando por mejorar sus procedimientos internos y formar a su propio personal docente y PAS (Personal de Administración y Servicios).

Oferta docente y de servicios

Respecto a la oferta de programas, la oferta de grados y posgrados en formato online y “blended” (semipresencial) si “progresa adecuadamente” en nuestras universidades como conjunto. Pero el liderazgo lo están asumiendo sólo un grupo de instituciones entre las que destacan aquellas nacidas con vocación de ofrecer formación a distancia, como la UNIR, la UOC o UDIMA, y algunas universidades privadas como el IE, Nebrija o la Universidad Europea.

También hay algunas universidades públicas, como la URJC, que ofrecen algunos grados como ADE, derecho, periodismo o marketing y comunicación.

Pero, en general, la oferta online se concentra en los programas de posgrado, formación continua y en las disciplinas asociadas a las ciencias sociales y humanidades. Lamentablemente, todavía no se ha logrado adaptar con garantías los programas vinculados con las ingenierías y las materias STEM que tanta falta hace en España.

Respecto a la oferta online de servicios complementarios a los programas docentes, en España apenas se ha desarrollado. Sólo destaca el fracaso de los MOOCs y la pura utilización comercial del emprendimiento como argumento para vender grados y másteres. Me refiero a programas de alumni, inmersión social, mentorización empresarial, etc. La universidad española, hasta la fecha, no ha sabido o no ha podido por motivos económicos innovar en la oferta de este tipo de servicios. Y aquí se está perdiendo una oportunidad para posicionarnos como industria a nivel internacional.

Funcionamiento interno en las universidades

En este aspecto es donde creo que nuestra universidad todavía tiene un enorme camino por recorrer. Las rígidas estructuras internas, la permanencia de procedimientos “analógicos”, la insuficiente capacitación digital de los recursos humanos y hasta las limitaciones que imponen leyes como la de Protección de Datos frenan la necesaria adaptación de nuestra universidad a la realidad de nuestros alumnos y empresas. Los equipos directivos lo tienen claro, pero la falta de recursos, de convencimiento interno y en ocasiones de liderazgo está retrasando una transformación imprescindible.

No es suficiente renovar la página web, abrir una cuenta en twitter y pretender que todos los contenidos y comunicaciones pasen por un gestor de contenidos como Moodle, Blackboard o Canvas. Los alumnos y la realidad empresarial avanzan más rápidamente. Y la universidad debe invertir tiempo, dinero y prioridad estratégica para acelerar su transformación digital interna. El que no lo haga, se arriesga a perder la oportunidad que la transición de una educación basada en el conocimiento hacia el desarrollo de capacidades está generando.

La tecnología facilita esa transición. Y las universidades deben ser las primeras en incorporarlas a su funcionamiento interno para poder transmitirlas. Como decía mi padre, “dar ejemplo es la mejor manera de enseñar a otros”.

Posicionamiento competitivo global de la universidad española

Pero es verdad que cuando miras al pasado y tu currículum, te das cuenta que las únicas organizaciones que han pervivido durante años, e incluso siglos, son universidades y colegios. De hecho, las empresas, o los partidos políticos, tienen menos “esperanza de vida” que las instituciones educativas. Pero como dicen los gestores financieros, “rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras”.

Por lo que haremos bien en acelerar la transformación digital de nuestras universidades para competir por un liderazgo de una industria de servicios cada vez más global. España tiene muchas condiciones para posicionarse como destino “universitario” de preferencia. Nuestro idioma, localización geográfica, puente entre Europa y Latinoamérica y nuestro patrimonio histórico y cultural son algunas de ellas. Pero mantener una oferta docente puramente presencial, replicando online los mismos programas y sin ofrecer nuevos servicios diferenciales, no será la manera de conseguirlo.

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Rafael Ramiro

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By Daniele Zedda • 18 February

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